Los papás que se involucran desde el embarazo y que le hablan todos los días al bebé dentro de la tripa establecen un mayor vínculo afectivo y una mejor relación con su hijo.
El bebé es un ser emocional y lo es desde el momento en que su cerebro es capaz de recibir estímulos. Es aproximadamente a partir de las 20 semanas cuando el área del cerebro destinada a la audición recibe sonidos que le producen emociones.
Oír cada día la voz de su padre que le habla en un tono cariñoso envía señales positivas a su pequeño cerebro en gestación, lo cual contribuye a moldear una personalidad sana y equilibrada.
Además de los sentimientos que tiene el bebé en el vientre materno hacia su padre, dicen que a partir del sexto mes de embarazo el neonato puede ver, oír, experimentar, degustar e, incluso, aprender de forma primitiva.
Desde el útero materno, el bebé ya reconoce la voz de su mamá, porque es la que escucha en todo momento. En cambio, el padre necesitará hablarle y comunicarse con él para que identifique su voz. Además, es muy beneficioso para el vínculo padre-hijo que el papá acuda a las clases de preparación al parto y participe activamente en todo el embarazo.
Por eso, muchos expertos opinan que es muy recomendable que el padre asista al parto, para que el recién nacido y el papá establezcan ese vínculo desde el primer momento del nacimiento.
Comentarios
Publicar un comentario