Pintar es una de las actividades más amenas e instructivas para los pequeños.
A nivel físico, le ayuda a perfeccionar su habilidad manual, sobre todo la motricidad fina que es la que permite el manejo de los objetos pequeños. También mejora su idea espacial y le facilita el descubrimiento de diferentes texturas, colores y olores.
A nivel emocional, pintar le produce una gran satisfacción, al percatarse de las cosas tan bonitas que es capaz de hacer él solo, y refuerza su autoestima.
Este entretenimiento le da la oportunidad de expresar su mundo interior y de canalizar su estado anímico y sus sentimientos de un modo positivo, aunque todavía no sepa exteriorizarlos bien con palabras.
Con 9 meses, cogí un lienzo blanco, pintura de dedos, un plástico fino para el suelo y... a experimentar con la pintura!! Se lo pasó muy bien, mirándose los colores de las manos, de los pies, tocando un color, luego otro, mezclando... La actividad fue corta porque se cansó en seguida pero las sensaciones que tuvo fueron muchas y le gustó mucho.
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